5 de marzo de 2010

RASTREADOR DE ADN



GUERRERO XIPHIAS DE SILLMAREM

 




RASTREADOR DE ADN



Definición: Aparato equipado con sensores identificativos a nivel molecular de ADN. Capacitado para captar Bio-Huellas de cabellos, piel, uñas, saliva o sangre de un humano Estándar.


Extracto perteneciente a la Pentalogía de Sillmarem



En el jardín también había varios cadáveres con la marca personal de Nathan. Löthar reconoció el estilo de lucha impartido por Anastas Kratides. Envió varios hombres seguir el rastro de Nathan, a la vez que él proseguía hacía la entrada del invernadero. Lo atravesó, estudiando las señales de Sarah Seberg y las marcas de arrastre de un Zasars, observó un pequeño trozo de tela en el suelo, olisqueándolo y percibiendo el olor de Sarah, enmascarado por un penetrante perfume.

Traspasó la alcantarilla del invernadero hallándose al otro lado del muro de protección. Se detuvo, volviendo a leer entre el barrizal. Había llovido aunque, afortunadamente, ninguno de sus hombres había pasado por la zona. Más ramas rotas, olor a tabaco, piedras desplazadas, fuerte olor a sudor, las huellas estaban frescas.

-Vaya…

Sacó un pequeño detector térmico. La pantalla le mostró las huellas de Sarah, sus compañeros y las del grupo perseguidor en un color rojo fosforescente. Siguió el rastro a través del Bosque Alado al mismo tiempo que sus hombres seguían peinando la zona. Löthar se detuvo de nuevo cuando su detector de ADN zumbó. Se inclinó y tomó del suelo un largo pelo azabache.

El vuelo rasante de los coches-aéreos de apoyo era constante haciendo crepitar las copas de los árboles. Casi en los linderos del Bosque, Löthar se volvió a detener en seco, concentrado en lo que sus sentidos le transmitían.

Un grupo de perseguidores les había seguido desde Mitra, otro desde la Academia uniéndosele en los mismos bordes del Bosque.

Eran ocho cadetes, de diferentes edades, utilizando la clásica formación de Escapada-silenter. Las huellas eran recientes y más numerosas cada vez. Los cazadores estuvieron parados poco tiempo, reiniciando la caza de los pequeños en dirección a las montañas Olimpia, probablemente con apoyo aéreo, algún satélite orbital quizás. Siguió husmeando el perfume por entre la maleza, hallando señales de codos, rodillas y manos entre la espesura.

-Vaya vaya, ¿qué tenemos aquí? -murmuró Löthar mientras cogía un pequeño dardo de metal envenenado del suelo.

Lo estudió atentamente y se lo guardó en un pequeño estuche de plastanio, revestido de una fina capa aislante de Ceramet.

Las zancadas de los cazadores eran largas pero se acortaban a medida que aumentaba el ritmo de marcha. Eran botas de campaña, pero no botas Imperiales. Botas de asalto. Sus pies eran anchos y largos, debían de ser muy altos. ¿Tropas de asalto? No, eran mercenarios adiestrados por oficiales Imperiales, cazadores de hombres.

Las huellas eran profundas, debían llevar equipos de campaña y supervivencia. Vio señales de sangre en algunas hojas, las cogió y guardó para analizar. Con eso ya tenía suficiente material para trabajar. Han ido a las montañas, concluyó Löthar. Giró sobre si mismo llamando la atención de algunos de sus subalternos más próximos.

-Licaón, Teseo, Cronos. Llevaos un escuadrón. ¡Utilizad Noxed de rastreo (perros-zorro) si es necesario! Habrá una bonificación para el primero que aviste a Sarah Seberg y al resto de los pequeños -dijo Löthar entregando el detector térmico al primero de ellos.

-Si Comandante.

-Mantenedme informado.








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